
Deja que adiós te diga con los ojos,ya que a decirlo niéganse mis labios¡La despedida es una cosa seria aun para un hombre, como yo, templado!Triste en el trance se nos hace, incluso del amor la más dulce y tierna prueba;frío se me antoja el beso de tu boca floja tu mano, que la mía estrecha.¡La caricia más leve, en otro tiempo furtiva y volandera, me encantaba!Era algo así cual la precoz violeta, que en marzo en los jardines arrancaba.Ya no más cortaré fragantes rosas para con ellas coronar tu frente.Paquita es primavera, pero otoño para mí, por desgracia, será siempre.
(La despedida- Goethe)
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